La fuerza irresistible choca con el objeto inmóvil. BROKEN 05
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La fuerza irresistible choca con el objeto inmóvil. BROKEN 05

Esta frase «la fuerza irresistible choca con el objeto inmóvil» representada en distintas situaciones, refleja algunos de los grandes males de la sociedad y por tanto también de la Iglesia. Lo que hemos aprendido de una manera, ya no lo podemos cambiar. O no nos atrevemos a cambiarlo, porque muchas veces es la base de las decisiones que hemos tomado en la vida.

En este capítulo, la crítica a la Iglesia se hace más cruda, pero desde esa crítica a la mentalidad atrofiada de las personas que hacen la institución, no a la doctrina ni a la Iglesia como tal.

Mikel está hablando con su acompañante sobre la homofobia de Daniel, otro personaje:

– le diría: “Daniel, gracias a la enseñanza católica eres un ser humano de mierda, pero da igual, yo también lo fui. Ignora todo lo que dice la Iglesia sobre el sexo, Daniel, yo lo hago. Todos los sacerdotes lo hacen. Puedes citar pasajes de las escrituras pronunciamientos papales edictos, de todo y es una puta mierda”

– sí, o algo por el estilo – Ante el desahogo de Mikel, Peter no sabe muy bien cómo contestar y trata de no entrar al trapo de la crítica vacía.

– ¿Qué puedo hacer?

– bueno… rezar al Señor, por lo general nos inspira

– esta vez no, Peter, la fuerza irresistible choca con el objeto inmóvil

Parece que Mikel está en un momento de perder la esperanza, de no saber por dónde continuar, incluso la fe que demostraba en los primeros capítulos se tambalea al verse decepcionado por las personas.

Sin embargo, su acompañante, le ofrece la única clave posible, aunque parezca inútil, o pobre. En la oración encontrará la paz, eso mismo ha transmitido Mikel a otros, pero ahora no lo sabe ver en sí mismo.

¿Quién de vosotros, si su hijo le pide pan, le da una piedra? […] Pues si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan! Mt 7:9-11

Mikel, el que iba de «cura moderno», intentando ser ejemplo de cristiano coherente que critica la enseñanza de la Iglesia, recibe al final su misma bofetada.

– Hay más cristiandad en tu dedo meñique que en todo el cuerpo de ese hombre – le dice al vecino homosexual

– ¿Sí? ¿Por qué no se lo dices a tu obispo, díselo a tu papa, grítalo desde los tejados, porque no? No sirve de nada venir a susurrármelo ¡maldito hipócrita!

Él mismo se convierte en ejemplo de un Iglesia que no da la cara ante una tradición torcida, aunque luego en el tú a tú diga otra cosa.

Una vez más es el miedo al qué dirán, en vez de la conciencia, quien rige nuestros actos. Y ya Jesús nos advertía sobre ello:

¡Ay de vosotros, maestros de la ley y fariseos, hipócritas!, que sois como sepulcros blanqueados. Por fuera lucen hermosos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de podredumbre. Mt 23:27

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