Cuando eres un producto y vives encerrado en un escaparate. Black Mirror 03×01 Caída en picado
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Cuando eres un producto y vives encerrado en un escaparate. Black Mirror 03×01 Caída en picado

Argumento

La ciencia ha desarrollado, por fin, eso que tanto deseábamos y que ya hacíamos aunque sin la tecnología: Puntuar a la gente. Según la metáfora que plantea el capítulo, por los implantes que llevan las personas, pueden puntuar todas las interacciones con las personas y ver los puntos del otro. Como pasa hoy en las redes sociales, la tendencia natural es a preocuparnos por los puntos que tenemos y cómo conseguir nuevos likes. Nos convertimos en expertos del marketing en todas nuestras relaciones, controlando lo que decimos, cómo lo decimos, cuándo, a quién… Y vamos cambiando la persona que somos, por la persona que va a ser mejor valorada por los demás. Además nos importan más las puntuaciones de los mejor valorados, de los influencers, ya que sus acciones tienen un mayor impacto en nuestro perfil.

Esto es lo que pasa con las redes sociales actuales, pero el capítulo va más allá, y plantea un mundo en el que vales los puntos que tienes. La nueva forma de clasismo viene marcada por las puntuaciones. Según tu puntuación puedes acceder o no a una serie de servicios, adquirir unos productos u otros, hasta el punto de que más que dinero, lo que tienes que tener son puntos en tu perfil.

¿Qué impacto tiene esto en la persona?

Si te vuelves dependiente de la opinión de los demás, ya no solo a nivel afectivo, sino también en lo físico, la honestidad y la autenticidad se extinguen, y con ellos, la verdadera identidad. ¿Qué queda de ti, cuando por dentro y por fuera eres un personaje para los demás?

Si usas redes sociales como Facebook, Twitter, Instagram… y conoces programas como Klout o Audiense, entre otros, estarás familiarizado con la selección de contactos en función de lo que te pueden aportar. Hay perfiles de tu nivel, otros de menos nivel y otros de más, y según tu estrategia de comunicación, te interesará deshacerte de unos y lograr la amistad de otros. ¿Qué estarías dispuesto a hacer o publicar para lograr subir un escalón en el rango de perfiles?

Generalmente en las redes vemos lo libres e independientes que son las personas. Siempre viajando a lugares maravillosos, disfrutando de los mejores paisajes, etc. Pero ¿Hasta qué punto somos esclavos de nuestra insatisfacción y hemos de mostrar lo perfecta que es nuestra vida para compensarlo? ¿y si tu vida no es perfecta? ¿Qué publicarás en las redes sociales? ¿La realidad, o tu insatisfacción enmascarada? La cuestión es que la vida de nadie es «perfecta», y cuando lo sabes, no pasa nada, pero la gente que antes de saber esto se ha metido en las redes sociales, cree que su vida no merece la pena, con todas las consecuencias que trae un pensamiento así.

¿Qué publicaba Jesús en su muro?

Bueno, en su muro justamente no, pero en los patios del templo que eran lo equivalente al Facebook de la época, sí que le gustaba ser sincero.  A los influencers de la época los llama hipócritas

Mt 23:1-36

Entonces habló Jesús a la gente y a sus discípulos, diciendo:

En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen. Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas. Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. […] y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, […] El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo. Porque el que se enaltece será humillado, y el que se humilla será enaltecido. […] !!Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia. Así también vosotros por fuera, os mostráis justos a los hombres, pero por dentro estáis llenos de hipocresía e iniquidad.

Jesús ataca con la máxima dureza la hipocresía, la superficialidad, el no ser uno mismo y encima enseñar a otros a ser también falsos. Si lo pensamos, Jesús se muestra mucho más duro y tajante al condenar la falsedad, que ante la mujer adúltera, a la que dice “tampoco yo te condeno, anda y no peques más” . Lo importante no es ser perfecto, lo importante es reconocer quién eres con humildad. Eres imagen de Dios, no imagen de la moda del mundo.

 

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