14 Jun Cuando olvidas que lo esencial es lo interior y solo buscas deslumbrar y la envidia
En la búsqueda de la identidad que todos debemos hacer, muchas veces nos perdemos en la imagen, en el qué dirán, en conseguir la admiración, conseguir que me quieran y aplaudan. Esto se ve en dos personajes de la película: en Maui y en el cangrejo. Este último y su trozo de película parecen un parche para rellenar, sin embargo, pienso que tiene una función clave: la de presentar el problema desde dos personajes, y ver la evolución que hacen ambos, de hecho, después de los créditos volverá a salir el cangrejo reafirmando el vacío de su existencia, bueno, y haciendo un chiste con el cangrejo de la Sirenita, mientras que Maui habrá sanado su corazón. Pero de esto último hablaremos otro día.
Volviendo al cangrejo, ha dedicado su vida a recoger cosas brillantes y taparse con ellas, porque se considera poco brillante, poco atrayente, «un cangrejito muy soso». ¿Cuánta gente hay, sobre todo adolescentes, pero también adultos, con la autoestima por los suelos y tratando de «comprar» otra identidad? Las redes sociales son un nido perfecto para esto, para montarse vidas perfectas y perfectamente falsas, pero con «amigos» y «followers» que quieran a mi personaje. Y así, no afrontamos con honradez y humildad la pregunta de «quién soy de verdad», sino que nos quedamos con «quién le digo al mundo que soy», lo cual es un trampolín estupendo hacia la soledad, la depresión y la destrucción total de la autoestima y la dignidad.
De paso en su canción, el cangrejo hace una crítica a la superficialidad de la sociedad, y cómo el grueso de la población, como bancos de peces, se lanzan a por las cosas y personas brillantes. Pero no se queda ahí, para mantener su auto engaño, ha de convencer a la protagonista que la que está equivocada es ella diciéndole que su abuela, que le dijo que debía escuchar a su corazón, le mintió. Poco a poco vemos como en la sociedad, la interioridad de la persona se va perdiendo en favor de lo superficial.
Finalmente, una referencia a la autosuficiencia del cangrejo. Él se ha hecho a sí mismo, ha conseguido hacerse brillante, porque creía que no lo era de nacimiento. «Me basto a mí» dice, y sin embargo al final de la película queda a merced de la ayuda de otro que no llega, pues se ha quedado solo, y no se bastaba a sí mismo.
Decía el Principito que «solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos» Saint Exupèry
¿Te ha pasado alguna vez?
No sé a ti, peor a mí sí, a veces también me preocupa más la apariencia, el éxito de lo que hago o digo, ser relevante, influyente, querido… es un sentimiento humano, pero no podemos quedarnos ahí. La misma presencia en redes sociales hace tambalear estas cosas y hace falta una buena dosis de indiferencia ignaciana y de madurez para recuperar el equilibrio y saber ocuparse de lo exterior en su justa medida.
¿Te apetece investigar en la Biblia?
- Mt 9:36 – En tiempo de Jesús también la gente se dejaba llevar fácilmente. En un momento dado dice que iban como ovejas sin pastor
- Mt 6:29 – Comparando la belleza de la creación con los esfuerzos humanos por deslumbrar, recuerda a un rey famoso por sus riquezas
- Mt 23:27 – Jesús no se corta al hablar a los fariseos, pero en este caso es especialmente duro llamándoles sepulcros blanqueados, hipócritas que cuidan lo exterior mientras que lo interior está podrido
- Ecl 1:2 – El famoso discurso del Eclesiastés que recuerda el comportamiento absurdo del hombre cuando se preocupa por cambiar la obra de Dios
¿Has pensado alguna vez en la vida religiosa?
No claro, esto no mola hoy en día, así que ni te lo plantearás, ¿verdad? Bueno, de todas formas si te interesa tener otro tipo de brillo, aquí tienes información sobre cómo sermarianista.org
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