29 Ene No soy tan fuerte como creía. FOOTPRINTS 4
Aceptar las propias limitaciones, afrontar el hecho de que los demás las conozcan. Mi imagen, mi personaje… En una peregrinación bien hecha, no hay dónde esconderse.
Y cuando ya no hay caretas, surge la humanidad y el amor por quien de verdad eres y quien de verdad es el otro. «Un corazón quebrantado y humillado tú no lo desprecias». Ni tú ni nadie es capaz de rechazar a quien se muestra verdaderamente auténtico, quien ha dejado de preocuparse por su perfil público.
Entonces llega la sinergia, cuando el otro o el grupo, complementan mis debilidades. Entonces somos más fuertes como grupo. Dejo de pensar en mí mismo, en mis sufrimientos, en mi bien, y paso a pensar en el bien del prójimo, en el bien común, y efectivamente, la forma de peregrinar por la vida cambia totalmente y «lo escabroso se convierte en llano».
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