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  • Juntos ya no somos felices

    Juntos ya no somos felices

    Poco a poco se va viendo, el vínculo que une a Paul y a Audrey está debilitado. Se quieren, pero algo no termina de estar claro.

    Finalmente se deciden a hacerse pequeños, seducidos por el cambio de vida hacia el lujo y el confort, poder vivir sin trabajar con el dinero acumulado hasta entonces que aumenta de valor al reducir ellos su tamaño.

    Para el proceso de reducción han de dejarlo todo atrás, venderlo todo para convertirlo en efectivo y conservar solo algunos recuerdos que les harán llegar a su nueva casa de pequeños. Entre los recuerdos están las alianzas de matrimonio, que no pueden llevar durante el proceso de reducción.

    Así que entran a las salas de preparación ya separados, sin alianza, toda una metáfora. Una separación física que no hará sino poner de manifiesto la separación que ya habían hecho por dentro.

    Recorren el primer túnel de la película, un pasillo luminoso y atractivo, pero con una pared al fondo como si no tuviera salida.

    ¿Qué hay al final del túnel? ¿qué esperas encontrar?

    Los caminos que hemos recorriendo en nuestra vida, ¿fueron caminos cortados o tuvieron luz al final?

    Cuando decides hacer algún cambio, dejar algo atrás ¿añoras algo? ¿qué echas de menos?

    Jesús sigue animándonos a hacer cambios radicales también:

    Vende todo lo que tienes y dáselo a los pobres, tendrás un tesoro en el cielo. Luego ven y sígueme.

    Marcos 18:17-38

    Una vez más, los protagonistas están haciendo algo parecido a lo que decía Jesús. Antes de emprender este camino hacia la reducción, lo vendieron todo, incluso por debajo de su precio a un señor que parecía no tener mucho dinero que ofrecer. Pero para quedarse ellos con el dinero y para seguir un camino diferente al de la entrega.

  • Cuando «para toda la vida» es «hasta que mi ego nos separe». Black Mirror 04×04. Colgar al DJ

    Cuando «para toda la vida» es «hasta que mi ego nos separe». Black Mirror 04×04. Colgar al DJ

    Argumento

    Encontrar la pareja perfecta es tarea difícil pero muy importante, pues idealmente esa pareja te acompañará el resto de tu vida. Ya hace tiempo que existen redes sociales y aplicaciones destinadas a encontrar nuestra pareja perfecta contrastando nuestro perfil con el de toda la base de datos de la gente que decide entrar en ese mismo juego.

    Black Mirror, en este capítulo, se adentra en esta tecnología y cuenta una historia muy peculiar para hablar del amor entre dos personas como algo intangible pero a la vez medible empíricamente. Muestra básicamente cómo serían estas aplicaciones si se pudiese introducir la componente humana, el verdadero amor, en el proceso de iteración.

    ¿Y si conociéramos la caducidad de los compromisos?

    Con la aplicación que muestra el capítulo, puedes ver lo que durará una relación. Este es un elemento clave. En nuestro afán por controlar y conocer todo, por miedo a lo que vendrá, esta es una herramienta muy valiosa, sin embargo, vemos como el hecho de conocer este dato condiciona el tiempo de la relación. Y esta reducción del tiempo es especialmente drástica si se rompe la confianza de la pareja. Toda una metáfora de la vida real.

    El compromiso y el amor van de la mano, no hay amor sin compromiso. Sin embargo, cada vez cuesta más comprometerse en algo, y más si es un compromiso sin plazo o de por vida. Sin embargo, y lo muestra la serie también, cuanto menos compromiso hay, la implicación es menor, y el sentimiento de vacío aumenta.

    Cuando el ego se descontrola, el compromiso pasa de ser una entrega libre de la persona, a ser una condena esclavizante donde el otro es quien me quita la libertad. Porque entendemos que mi libertad empieza donde acaba la del otro, y por tanto, el otro se convierte en un obstáculo para mí, en lugar de ser aquel que me hace desarrollarme en plenitud y alcanzar una cota de libertad más elevada, una libertad en relación con el otro.

    «Que se detenga el mundo, te elijo a ti»

    La serie acaba definiendo el amor como escapar del mundo, JUNTOS, enfrentarse a todas las barreras y dificultades. Podemos añadir fácilmente: estar en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad… pero en todo caso JUNTOS, comprometidos en un mismo proyecto en las fases buenas y malas del mismo, no solo en las buenas.

    Todos los días hasta el fin del mundo

    El compromiso del ser humano no puede durar más de lo que dura su vida, en cambio, el de Dios es eterno. El del ser humano es frágil, pues el ego (amor a uno mismo) se dispara muchas veces y hace que no amemos al otro como a nosotros, sino menos.

    La suerte que tenemos es que Dios nos es fiel siempre. Lo repite en infinidad de pasajes. De hecho la mayor parte de la Biblia se dedica a hablar de la Alinaza entre Dios y el hombre, como una relación de pareja en la que el hombre es infiel por su debilidad, pero Dios se mantiene fiel, siempre a la espera, siempre dispuesto a acoger y perdonar para reparar la relación.

    «YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS DÍAS, HASTA EL FIN DEL MUNDO» Mt 28:20

    Si fuéramos realmente consciente de este amor, nos costaría menos permanecer fieles.

     

    Por último, el capítulo vuelve una y otra vez sobre una frase que dice la aplicación «Todo pasa por una razón» De alguna forma, el sistema, lanza una esperanza en esta búsqueda del amor, insta a continuar para que el proceso no se trunque y llegue a su fin. Todo a nuestro alrededor tiene un sentido y juega un papel en la historia pero no lo descubriremos si tiramos la toalla antes de tiempo. También en esto podemos hacer una lectura de esperanza cristiana, de confianza en Dios, que nos conoce y sabe de nuestra debilidad y torpeza y aun así deja la creación en nuestras manos, porque confía en que, aunque sea a base de fracasar una y otra vez, al final encontraremos el amor, porque venimos de Él y tendemos a Él.