«El primer contacto con el dolor es de impacto, es imposible seguir nos decimos»

Esto es lo primero que sentimos al hacer el Camino, o al comenzar un nuevo reto: El «dolor» de las dificultades, nuestra limitación y la frustración. La lección que ofrece la vida en estos casos, si la sabes vivir, es la de que se puede caminar a pesar del dolor y el sufrimiento. Pero si nos acostumbramos a huir de él y a esconderlo a las siguientes generaciones, jamás descubriremos una de las cosas más obvias de la vida: la inmensa capacidad del ser humano para soportar el dolor con tal de conseguir la meta que se propone, especialmente si esa meta pone en el centro al ser querido.



