Por si la humillación aún no había sido suficiente, vemos que Paul aún puede caer más bajo. Toma conciencia de que el mundo de Ociolandia ni siquiera le ofrece placeres que merezcan la pena: fiestas, compañía, lujo, ausencia de compromiso… Eso que a Dusan le sirve, a él se le queda corto y le hace sentirse más miserable aún.
«Al hacerte pequeño en Ociolandia, si eras pobre te conviertes en rico, pero si eras muy pobre, entonces solo serás pequeño» – Dice Joris, otro amigo de Dusan. Una metáfora magnífica de la miseria. Los que no tienen nada son simplemente más pequeños que los demás.
Una vez tocado fondo literalmente, con la cara en la alfombra y debajo de la mesa, comienza un camino para recuperar la humanidad. No solo dejó lo material, también cualquier rastro de dignidad. Es el momento en que surgen las preguntas:
¿Quién eres? ¿eres pequeño? ¿eres un vago? ¿eres patético?
Echando la vista atrás, podemos observar los caminos recorridos
¿Cuántas cosas has hecho para ser feliz? ¿eres feliz? ¿o has tocado fondo?
Jesús se encuentra con mucha gente así, que buscan sinceramente hacer las cosas bien, con motivaciones relativamente buenas, pero con poco acierto a la hora de la práctica. Así le preguntó una vez una de estas personas a Jesús:
Maestro, ¿qué tengo que hacer de bueno para obtener la vida eterna?
Mateo 19:16-22
En momentos así estamos más receptivos a hacer la pregunta y a escuchar la respuesta. Luego habrá que tomar las decisiones adecuadas y sostenerlas, pero lo que está claro es que si me siento colmado, autosuficiente, saciado… no buscaré a Jesús.
Llegamos al final y Mikel debe enfrentar él mismo la vergüenza, la caída de su imagen de sacerdote perfecto.
– Una mujer me dijo una vez que culpa es saber que has hecho algo mal, vergüenza es que lo sepan todos
Solo no puede superarlo, sin la oración tampoco. Como le recomendó el acompañante, para superarlo ha de ponerse con las manos vacías delante de Dios, sin fortalezas, sin seguridades, sin recursos, sin doctrinas. Y esta vez es el acompañante quien reza por él.
– Este es Mikel Señor, un buen sacerdote, presto a perdonar a los demás, reacio a perdonarse a sí mismo, dale la paz. Amén
Dios se adapta a todas las velocidades, a todas las circunstancias, cada uno de nosotros tenemos que dar el paso que nos corresponda para encontrar la Paz. Como Tomás, Mikel, que había sido fiel a su sacerdocio, a la teoría del mismo, también ha de experimentar a Jesús resucitado a través de los demás para encontrar la paz, no en un cuento de hadas donde no existe el sufrimiento, sino en la misericordia y el amor que brotan del perdón.
— ¡La paz sea con vosotros! — Luego dijo a Tomás: — Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe.
— ¡Señor mío y Dios mío! —exclamó Tomás.
Mt 7:9-11
Recorridos los seis capítulos, es más fácil comprender la cita con la que arrancaba Dios es quien llama. BROKEN en la que Pablo describe cómo ha de ser un sacerdote: una persona que capaz de comprender el sufrimiento de los demás, porque lo experimenta y enfrenta en su propia vida, como hizo Jesús, desde la conciencia y no desde la apariencia, sin ocultar su humanidad para así mostrar su divinidad. Esto es lo que da verdadera autoridad a una persona.
En este caso el capítulo tiene muy poco de futurista y de fantástico. Es real como la vida misma y está casi a la orden del día. Una persona se dedica a hackear webcams y a chantajear a sus dueños con las imágenes que recoge. El chantaje consiste en pedir a los afectados que hagan cosas concretas como en una gymkana delictiva
¿Hasta dónde llegaríamos en esa gymkana?
El problema es que el acto por el que nos pillaron podía parecernos malo, pero, tal vez las siguientes pruebas sean aun peores de cara a confesarlas.
¿Qué peso le damos a nuestra reputación? ¿A caso nadie antes ha caído en lo mismo? Una de las mejores forma de controlar a una persona es a través del miedo. En este caso el miedo a ser descubierto, y en la medida en que crea que es más grave lo que esconde, más fácil de controlar será. Esta ha sido muchas veces la baza de las religiones, pero…
¿Está Dios al otro lado de las cámaras?
Cada vez hay más gente hoy que tiene tapada la webcam de su ordenador. Cuando nos daba miedo que nos viera Dios y nos castigara, la gente comenzó a abandonar la Iglesia, y ahora para esconderse de este nuevo dios, de esta nueva intrusión en nuestras vidas, tapamos las cámaras y listo. ¿Lo que no se ve, no está mal? Esta parece ser la filosofía que nos mueve, no importa lo que hacemos, sino que los demás vean de nosotros solo lo que nos interesa, lo que sea políticamente aceptado por la sociedad. Y para esto hay dos soluciones: una es la de tapar la cámara y la otra la de normalizar ciertas cosas en la sociedad, para que no sea vergonzoso que se sepa lo que hago, para que deje de sentirme culpable por esto o por aquello.
Pero, ¿está todo bien? ¿Vale todo? ¿Te has sentido alguna vez como el hijo pródigo cuando dice…?
“Padre, he pecado contra el cielo y ante ti; ya no soy digno de ser llamado hijo tuyo” Lc 15:21
La solución pasa por dar la cara, plantarle cara al mal, pero no provocando un mal mayor, sino volviendo al Padre, asumiendo el error y la culpa, y aceptando el abrazo que reconstruye a la persona rota.
Afrontar el castigo y la humillación de su familia, será mejor que seguir bajando al abismo, siempre y cuando haya un Padre que te acoja. Esa es la esperanza del hijo de la parábola. Él, a pesar del mal, aún recuerda que hay un Padre capaz de devolverle la dignidad. Pero ¿qué pasa cuando dejamos de creer en ese Padre? ¿cuando nos creemos solos ante al mal del mundo o que podemos resolverlo por nuestra cuenta? ¿o cuando pensamos que lo que hemos hecho es imperdonable?
Dios es siempre mayor que nuestro pecado, o dicho de otro modo, no podemos superar a Dios con nuestro pecado, el siempre gana si nos ponemos en sus manos.
Y es que, lo bueno del Dios cristiano es que no es el dios de las cámaras espía sino el Dios del amor y la misericordia, el que envía a su Hijo a librarnos del poder del pecado con el perdón. El que hace una fiesta cada vez que vuelve un pecador arrepentido. Pero, ¡CUIDADO! el otro dios también existe, lo hemos creado nosotros, es el dios del hermano mayor, el Gran Hermano, que vigila y juzga los actos de su hermano, hoy con cámaras, para echárselo en cara, para creerse mejor y así ganar un premio que no se compra, que solo se puede recibir como regalo: el mismo abrazo del Padre que recibió el hermano menor.
En este caso Black Mirror nos plantea en «Oso Blanco» un nuevo tipo de condena que en lugar de sentenciar a muerte, condena a tortura perpetua, a probar de «la propia medicina» y además lo convierte en espectáculo que todos puedan contemplar y disfrutar, para aumentar el castigo y saciar la sed de «justicia» o más bien de venganza. Se trata de un mundo interactivo, en que la población toma parte en todos los acontecimientos, por tanto, ante un delito, se vuelcan con la víctima sobre el agresor, creyéndose con autoridad suficiente como para juzgar y condenar al prójimo.
¿Nos queda muy lejos este mundo?
Hoy en día, con las redes sociales, tomar partido en los juicios es lo normal. En cuanto un crimen salta a las noticias, gran parte de la sociedad comienza a juzgar y condenar, en función de lo que digan los demás, o lo que digan los influencers, o lo que me nazca en ese momento. Y el juicio es además sin misericordia alguna, pues el juez no pone nada en juego, a través de su teléfono puede destrozar a quien haga falta.
¿Es esta la justicia que queremos, la del clamor popular que está sediento de venganza?
Cuando alguien nos hace sufrir, la reacción natural es desearle el mismo sufrimiento, tal vez, en el fondo, para que me comprenda, para que se ponga en mi lugar, y vea que fue un error hacer eso. Pero, en realidad, si yo lo he pasado mal de verdad ¿Por qué deseo que más gente pase por lo mismo? Convertirme en un nuevo foco de dolor ¿hace bien a alguien? ¿Construye o destruye?
¿Qué nos hace más humanos: odiar o amar?
La persona, cada vez más, puede preferir la muerte a la tortura, pero con este sistema, la muerte se ve como una huida de la justicia, que busca castigar ¿Es esa la justicia que queremos que nos apliquen a nosotros? ¿es esa la justicia que esperamos de Dios: una fuerza todopoderosa que desde una nube nos torture cada vez que hacemos algo mal? ¿O para eso sí queremos misericordia?
… Y hablando de Dios ¿qué dice Jesús de todo esto?
Pues es cierto que los judíos en la ley, la Torá tenían prescrita la justicia como «ojo por ojo» sin embargo, esa es una de las cosas que Jesús quiso aclarar.
Habéis oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.”Pero yo os digo: No resistáis al que os haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Mt 5:38-39
Pero no se queda solo en anular la venganza, Jesús va mucho más allá en los siguientes versículos:
Habéis oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.” Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos y orad por quienes os persiguen, para que seáis hijos de vuestro Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. Si amáis solamente a quienes os aman, ¿qué recompensa recibiréis? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos?Y si solamente saludáis a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de más? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? Por tanto, sed perfectos, así como vuestro Padre celestial es perfecto. Mt 5:43-48
Mientras nosotros pensamos en la venganza, en destruir al que nos ha hecho daño, Jesús nos habla de construir el Reino de Dios, de amar al que no es amable, al que me ha hecho daño, y lo hace con argumentos lógicos: los malos también aman a sus amigos ¿somos igual que los malos? Al final va a resultar que sí. Pero podemos ser más, podemos aspirar a ser perfectos a imagen del Dios que nos creó. A eso es a lo que aspiramos. ¿Podemos llegar ahí sin esfuerzo, sin renuncia, sin dolor?
En esta segunda entrega de la versión de Alicia en el país de las maravillas, Tim Burton nos ofrece un buen material para hablar del perdón. Como película igual es un poco floja, pero no deja de ser un buen recurso pedagógico para hacer calar en la cultura el tema del perdón y su importancia… Lee más: Alicia a través del espejo. El PERDÓN
Como en la historia original de «Alicia en el país de las maravillas», el guionista emplea el mundo fantástico para que, la protagonista, se vea reflejada (como en un espejo) y aprenda a resolver una situación en el mundo real. Este es un recurso tan sencillo como antiguo, ya lo usaban los antiguos profetas: te… Lee más: Cuando la lías y no hay vuelta atrás, pero puedes ir hacia adelante
En la película de Vaiana ya vimos la preocupación por ver «quién soy de verdad» poco más quedaba por decir. Sin embargo, en esta otra película el enfoque no es tanto saber quien soy, sino, no dejar de serlo con la edad y las circunstancias. Las pasiones de juventud pueden parecer nuestro ser auténtico que… Lee más: Cuando renuncias a tu ser, por ser más realista
En la escala del perdón, hay cosas que consideramos imperdonables, otras difíciles, y tal vez otras más sencillas, sin embargo, no hay mucha costumbre de pedir perdón ni por las más pequeñas, y difícilmente se puede perdonar al que no te pide ese favor. La película nos muestra distintas situaciones en que se junta la… Lee más: Cuando te confiesas culpable y descansa tu corazón
La última parada en esta sencilla película nos lleva a la reconciliación, pero esta vez no con otra persona, sino con uno mismo, con el pasado, con el tiempo. Para eso es interesante que personifiquen al tiempo, de forma que se pueda dialogar con él y proyectar pensamientos que al final han de volver sobre… Lee más: Cuando haces las paces con el tiempo, y experimentas la paz en tu interior
En la escala del perdón, hay cosas que consideramos imperdonables, otras difíciles, y tal vez otras más sencillas, sin embargo, no hay mucha costumbre de pedir perdón ni por las más pequeñas, y difícilmente se puede perdonar al que no te pide ese favor.
La película nos muestra distintas situaciones en que se junta la culpa, el daño y la necesidad de reconciliación. Sin embargo hay una en la que esto se llega a explicitar en todas sus fases, y es la situación entre las dos hermanas, enfrentadas desde pequeñas. Durante la película sabremos qué las enfrentó, o más bien, qué hizo que «la mala» fuera la mala y qué esconde realmente «la buena». El hecho en sí era una tontería, la verdadera acción, la mentira, y la impotencia de quien decía la verdad, que experimenta una falta de amor muy grande y que se va acentuando a lo largo de su historia como la herida abierta en la que recibes todos los golpes y condiciona todos tus actos.
En este marco, tenemos a dos personas que sufren: por una parte la Reina Roja, por el daño que le han causado y por la gente a la que odia y no puede perdonar; y por otro lado, la Reina Blanca, que se siente culpable por lo que hizo, pero no se atreve a reconocerlo y teme que su hermana no la perdone. Así que la víctima sufre doblemente: por el daño y por no poder perdonar.
Por difícil que parezca a veces perdonar, es matemática pura para esta ecuación que tiene una única solución: el perdón. El daño causado no se podrá revertir en la mayoría de los casos, pues va ligado a la historia vivida, pero el daño que está por venir sí se puede detener. En el momento en que la Reina Blanca se reconoce culpable y pide perdón, la Reina Roja experimenta de nuevo el amor y es capaz de, primero dejar de odiar, y luego probablemente perdonar. Esto no es seguro que funcione, lo que es seguro es que cualquier otro camino solo trae más dolor a las dos partes.
Algunas citas bíblicas a la luz de la película
Lc 15:21 – Uno de los episodios de perdón más importantes del Evangelio, la parábola del hijo pródigo, en el momento en que el hijo confiesa al padre cómo se siente: indigno de ser hijo suyo. El perdón del padre le devuelve la dignidad.
Mt 5:23,24 – Muchas veces nos creemos buenos, tratamos de olvidar o enterrar el mal que hemos causado a otra persona y seguimos como si nada. Jesús llama la atención a los que hacían eso en su época y les recuerda que nada que hagan por Dios es sincero si no piden perdón antes a su hermano.
Sal 50:17 (51:17) – Todo el salmo 50 es el canto de arrepentimiento del rey David ante su pecado, es una forma de poner en palabras un profundo sentimiento de dolor y arrepentimiento, de pequeñez delante de Dios. Pero sobre todo de confianza en el amor misericordioso del Padre
¿Algo se mueve?
¿Algo te quita la paz? ¿alguna ofensa recibida o provocada? Si de verdad buscas ser feliz acude al perdón, a pedirlo o a darlo. Pero no creas que será fácil, lo más seguro es que necesites la ayuda de Dios.
Como en la historia original de «Alicia en el país de las maravillas», el guionista emplea el mundo fantástico para que, la protagonista, se vea reflejada (como en un espejo) y aprenda a resolver una situación en el mundo real. Este es un recurso tan sencillo como antiguo, ya lo usaban los antiguos profetas: te cuento una historia en la que, sin que te des cuenta, el protagonista vive una situación como la tuya a la que sí sabes dar respuesta desde fuera, y así, al acabar, tienes la respuesta que buscabas para tu vida.
Toda la película busca sanar el pasado y emplea los viajes en el tiempo para concluir que no se puede cambiar el pasado, pero se puede aprender de él, y en cierto sentido, eso es cambiar el pasado. Así que hasta ese imposible, Alicia consigue convertirlo en posible.
La película nos permite ver lo que ocurre realmente en el pasado y la información sesgada que experimentan y conocen los personajes, para demostrar algo que nos pasa a todos cada día.
¿Cómo se cambia el pasado?
La película muestra como hacerlo. Cuando vivimos, tenemos solo nuestra percepción de las cosas, así que, todo lo que no vemos, hemos de imaginarlo y de alguna forma escribir nuestra propia historia, que en este sentido es inventada en su mayoría, y por tanto falsa (o errónea) Y esa es la parte del pasado que podemos cambiar para que se acerque más a la realidad.
En la película, al enviar un observador externo al pasado, el sombrerero puede conocer otras partes de la historia que para él eran evidentes pero en realidad eran erróneas porque las había supuesto mal.
En el mundo real no podemos viajar al pasado para hacer esto, pero sí podemos tomar conciencia de que el 90% de nuestro pasado, nos lo hemos construido e inventado nosotros sacando conclusiones muchas veces destructivas a base de prejuicios o intoxicadas por nuestro estado de ánimo o falta de madurez. Si reconocemos que las personas a nuestro alrededor son limitadas como nosotros y también buenas, podremos acoger mejor los momentos de nuestra historia en que hayamos experimentado fracasos, sufrimientos, o decepciones, y librarnos así de cargas innecesarias. Y si además contrastamos nuestra historia con la de otras personas con las que compartimos espacio y tiempo, podremos aprender más cosas del pasado y descubrir todo lo bueno que nunca supimos que ocurrió en nuestra historia, transformando así algunas partes de nuestro pasado que estaban mal grabadas en nuestra memoria.
Hay cosas que no se pueden cambiar
Así es, y la película no es ingenua en ese sentido. Lo que dicen y hacen los personajes queda dicho y hecho, si alguien muere, muere y no hay vuelta atrás, pero hay camino hacia delante. Y eso es lo fundamental, la verdad más importante. En próximas entradas lo plantearé con otras partes de la película, de momento me quedo solo con el siguiente aspecto:
Las personas no somos perfectas, de hecho, muchas veces somos malas, pero aun así sabemos hacer cosas buenas. Esto lo afirma Jesús hablando de cómo es Dios, invitándonos a dirigirle nuestras oraciones.
Si vosotros, aun siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre del cielo dará cosas buenas a los que se lo pidan! Mt 7:11
Algunas citas bíblicas a la luz de la película
Mt 5:48 – Jesús invita a sus discípulos a ser perfectos como su Padre del cielo lo es. Mientras que la película nos muestra dos casos en los que una hija y un hijo rechazan ser como sus respectivos madre y padre. De pronto han visto todo lo malo de sus progenitores y lo aborrecen. Tendrán que dar más pasos hasta entender la situación.
Jn 8:11 – No se puede cambiar el pasado, pero se puede aprender de él, quizá por eso Jesús le dice a la mujer adúltera, tampoco yo te condeno, marcha y no peques más. Es decir, no me da igual lo que has hecho, no debes volverlo a hacer, pero ya sé que no eres perfecta y que esto puede pasar, por eso no te condeno, pero aprende de la experiencia y mejora.
¿Algo se mueve?
¿Has pensado en algo de tu pasado que te quita la paz, algo que te gustaría cambiar pero parece imposible? Investiga a ver si es de esas cosas que sí se pueden cambiar y ponte manos a la obra, hazlo posible.
En esta segunda entrega de la versión de Alicia en el país de las maravillas, Tim Burton nos ofrece un buen material para hablar del perdón. Como película igual es un poco floja, pero no deja de ser un buen recurso pedagógico para hacer calar en la cultura el tema del perdón y su importancia para transformar el pasado, o más bien, sanar el presente.
Durante las cuatro próximas entradas presentaré algunos de los puntos que me han parecido más interesantes de la película: